
En algunas ocasiones
observamos en una revista, un libro, en la galería o en el museo, dibujos,
pinturas y grabados que aparecen como grandes obras de arte. Para nosotros hay trabajos
que resultan agradables, otros nos gustan menos, pero existen algunos que no entendemos
su significado y nos dejan con bastantes dudas. Algo parecido nos ocurre cuando
abrimos un libro en un idioma diferente al nuestro, cuando tenemos previos conocimientos
de ese lenguaje, podemos comprender el mensaje que nos transmiten las palabras
del texto, en cambio sí carecemos de dicho conocimiento del lenguaje, no logramos
comprender el significado de la escritura que contiene el libro. En el arte podemos
valorar la importancia y la belleza de toda obra plástica, si sabemos
comprender el significado que nos transmiten los elementos compositivos, los
cuales exigen de nosotros un profundo conocimiento, elementos que además no
están sujetos a reglas o cánones establecidos, sino a la cualidad y
expresividad del artista.
Yo creo que el
problema fundamental de toda obra artística es la composición, entendida como
la adecuada combinación de todos los elementos que intervienen en la realización
de dicha obra. En el caso del dibujo estos elementos son el punto, la línea,
las masas, los tonos y colores, que dan como resultado una imagen agradable por
la armonía y el ritmo que establecen las relaciones estructurales de cada uno
de los modelos. La composición consiste en organizar las líneas de tal forma
que sea posible modelar gráficamente el volumen de toda imagen tridimensional -
figura humana, animales, plantas, objetos o formas geométricas- con las características
de luz y sombra que la realidad les confiere, auxiliados por la perspectiva.
En síntesis, la
composición es la búsqueda de la situación, dimensión y el tono que los modelos
adoptan en el papel de dibujo, para que en conjunto ofrezcan un conjunto de formas
que resulte agradable al espectador.
Elementos conceptuales.
El
formato: En el dibujo, la
adecuada expresión de nuestros sentimientos empieza desde la forma y la posición
del papel o lienzo donde vamos a desarrollar nuestra obra gráfica, lo que llamamos
formato, este espacio generalmente está delimitado por dos líneas horizontales y
dos líneas verticales.
La expresividad
que se da a cada una de las cuatro líneas se ha determinado a partir de las actividades
que desarrollamos nosotros mismos. Así, por ejemplo, a la horizontal inferior se
le han atribuido cualidades de reposo, seguridad y firmeza, mientras que a la
horizontal superior, una idea de libertad, movimiento y ligereza. En nuestra
vida diaria, el paisaje que apreciamos a nuestro alrededor estructura una
imagen visual en donde la línea inferior contiene un gran número de elementos:
edificios, automóviles, árboles, montañas, fábricas; todos ellos arraigados a
la base, a la tierra, mientras que en la parte superior apreciamos un inmenso
espacio -el cielo- en donde las aves vuelan con toda libertad, el globo se
eleva hasta perderse en el infinito y hacia donde podemos brincar con todo el ímpetu
de nuestros movimientos.
Superposición o traslapo: Una figura se entenderá adelante si no deja ver en forma
total a otra imagen la cual se percibirá detrás de ella.
Tamaño: Cuando colocamos figuras pequeñas y también grandes, vamos a entender que
las grandes están adelante, las medianas en segundo plano y las pequeñas en
tercer plano. Ubicación: Las figuras
colocadas en la parte inferior del formato se percibirán adelante y entre más
lejos estén del borde inferior del formato se percibirán muy atrás.
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